Al planificar para la jubilación, dos de las opciones más populares a considerar son el 401(k) y la Cuenta de Jubilación Individual (IRA, por sus siglas en inglés). Ambos ofrecen ventajas fiscales importantes, pero difieren en algunos aspectos clave sobre cómo funcionan, las oportunidades de inversión que ofrecen y cómo encajan en tu plan de retiro general.
¿Qué es un 401(k)?
Un 401(k) es un plan de ahorro para la jubilación patrocinado por el empleador, que permite a los empleados contribuir con una parte de su salario, generalmente con dinero antes de impuestos. Las contribuciones crecen con un diferimiento fiscal, lo que significa que no pagarás impuestos sobre el dinero hasta que lo retires durante la jubilación. Muchos empleadores también ofrecen contribuciones equivalentes a las del empleado (generalmente con un porcentaje límite), lo que puede aumentar considerablemente tus ahorros. Por esto debes tratar de contribuir al menos el porcentaje que tu empleador ofrece equiparar ("match").
Los planes 401(k) suelen ofrecer una gama limitada de opciones de inversión, que generalmente incluyen fondos mutuos, acciones y bonos. Las retiradas pueden comenzar a los 59½ años, con retiros obligatorios (conocidos como Distribuciones Mínimas Requeridas o RMDs) a partir de los 73 años. Si retiras dinero antes de los 59½, es posible que enfrentes una penalidad del 10% por retiro anticipado, además de los impuestos sobre la renta.
Nota: Las contribuciones del empleador generalmente están sujetas a un calendario de adquisición de derechos (vesting period).
¿Qué es una IRA?
Una IRA es una cuenta de jubilación que podés abrir de manera independiente, sin necesidad de un empleador. Existen dos tipos principales de IRA: Tradicional y Roth.
IRA Tradicional: El dinero crece con un diferimiento fiscal, significa que no pagarás impuestos sobre el dinero hasta que lo retires durante la jubilación. Al igual que en un 401(k), los retiros antes de los 59½ pueden generar penalidades y las contribuciones podrían ser deducibles de impuestos,
IRA Roth: Las contribuciones se realizan con dinero después de impuestos, pero los retiros son libres de impuestos, siempre que cumplas con ciertos requisitos.
Con una IRA, generalmente tenés más opciones de inversión que con un 401(k), ya que no estás limitado por las ofertas de tu empleador. Podés invertir en acciones, bonos, fondos mutuos, ETFs e incluso bienes raíces en algunos casos. Sin embargo, los límites de contribución son más bajos que en un 401(k), y la elegibilidad para los beneficios fiscales puede reducirse si tenés ingresos elevados.
Principales diferencias entre un 401(k) y una IRA
Patrocinio del empleador: Un 401(k) es ofrecido por tu empleador, mientras que una IRA se abre de manera individual.
Límites de contribución: En 2024, el límite de contribución para un 401(k) es de 23.000 USD, mientras que para una IRA es de 7.000 USD (8.000 USD para mayores de 50 años).
Opciones de inversión: Las IRA generalmente ofrecen más flexibilidad en cuanto a opciones de inversión en comparación con un 401(k).
Beneficios fiscales: Ambos planes ofrecen crecimiento fiscal diferido.
¿Deberías tener ambos?
Puede ser beneficioso tener tanto un 401(k) como una IRA. Si tu empleador ofrece una contribución equivalente a tu 401(k), suele ser conveniente aprovechar eso primero al máximo de la contribución del empleador. Una vez que hayas maximizado tus contribuciones al 401(k) o si querés más flexibilidad en tus inversiones, abrir una IRA. Roth o Tradicional, dependerá de tu situación, objetivos de retiro y de diversificación fiscal.